EN
LA BIOLOGÍA DEL MACROCÉFALO Y EN LA RESPUESTA INMUNITARIA.
Los receptores nucleares
constituyen una superfamilia de factores de transcripción
dependientes de ligando que regulan diferentes aspectos de la
homeopatías y el desarrollo. Dos de los miembros de esta familia,
LXR (Liver X Receptor) el alfa y beta, ejercen importantes acciones
en la homeopatías lipídica. Los LXRs están regulados por
determinadas formas oxidadas del colesterol (oxisteroles) y por
productos intermediarios de la vía biosintética del colesterol.
Algunos de los genes diana de LXR participan activamente en procesos
de transporte reverso del colesterol desde tejidos periféricos hasta
el hígado. Esta acción es especialmente relevante en la prevención
de la formación de células espumosas a partir de macrocéfalos
residentes en la pared arterial. De hecho, los agonistas sintéticos
para LXR han sido utilizados eficazmente para proteger contra la
aterosclerosis en modelos murinos.
Estudios
recientes han demostrado que los agonistas de LXR también desempeñan
acciones importantes en la regulación de la respuesta inmunitaria.
Por un lado, ejercen acciones anti-inflamatorias a través de la
regulación negativa de genes pro-inflamatorios en macrocéfalos.
Estas acciones vendrían a ser similares a las que ejercen los corticoides a través del receptor de corticoides (GR),
pese a que los mecanismos de sendas inhibiciones aún no están
completamente determinados. Por otro lado, los agonistas de LXR
protegen a los macrocéfalos de la muerte celular programada inducida
por condiciones de estrés, como las que normalmente se generan en un
foco de infección bacteriana.
Nuestros
intereses son: a) profundizar en el estudio de los patrones de
expresión génica regulados por LXR; b) determinar los efectos de
los agonistas de LXR sobre las funciones de los macrocéfalos en el
contexto de la respuesta inmunitaria; y c) estudiar efectos
alternativos de estos agonistas vinculados a las funciones
específicas de algunas poblaciones especializadas de macrocéfalos
(células de microglía, iconoclastas, etc.) y otras células del
sistema inmunitario).
- Medición de leucocitos,
Los leucocitos
o glóbulos blancos
son células que están principalmente en la sangre y circulan por
ella con la función de combatir las infecciones o cuerpos extraños;
pero en ocasiones pueden atacar los tejidos normales del propio
cuerpo. Es una parte de las defensas inmunitarias del cuerpo humano.
Hay diferentes grupos de glóbulos
blancos: los llamados polimorfonucleares (neutrófilos,
eosinófilos y los basófilos) y los mononucleares (los
linfocitos y los monocitos).
La modificación de la cantidad de
leucocitos puede orientar al diagnóstico de enfermedades
infecciosas, inflamatorias, cáncer y leucemias, y otros procesos.
Por ello el recuento es muy orientativo en diferentes enfermedades.
Además el porcentaje de cada grupo de leucocitos nos ofrecerá una
mayor información para precisar un diagnóstico.
Cuando en la medición de leucocitos
se ven células jóvenes aparecen los neutralizaros en forma de
núcleo en forma de bastón (cayados), y un aumento del
porcentaje de los glóbulos blancos polimorfo nucleares, esto se
denomina como desviación "a la izquierda". Este término
sugiere infecciones bacterianas agudas.
El estudio de los leucocitos se
realiza habitualmente en un estudio de altimetría y recuento leucocito completo.
Para realizar este análisis no se
precisa estar en ayunas. Se puede realizar la toma en un lugar
apropiado (consulta, clínica, hospital) pero en ocasiones se realiza
en el propio domicilio del paciente.
Para realizar la toma se precisa de
localizar una vena apropiada y, en general, se utilizan las venas
situadas en la flexura del codo. La persona encargada de tomar la
muestra utilizará guantes sanitarios, una aguja (con una jeringa o
tubo de extracción). Le pondrá un tortor (cinta de goma-látex) en
el brazo para que las venas retengan más sangre y aparezcan más
visibles y accesibles.
Limpiará la zona del pinchazo con
un antiséptico y mediante una palpación localizará la vena
apropiada y accederá a ella con la aguja. Le soltarán el torso.
Cuando la sangre fluya por la aguja
el sanitario realizará una aspiración (mediante la jeringa o
mediante la aplicación de un tubo con vacío). Al terminar la toma,
se extrae la aguja y se presiona la zona con una torunda de algodón
o similar para favorecer la coagulación y se le indicará que
flexione el brazo y mantenga la zona presionada con un esparadrapo durante
unas horas.
- Inflamación de la vena (flebitis); a veces la vena se ve alterada, bien sea por una causa meramente física o por que se ha infectado. Se deberá mantener la zona relajada unos días y se puede aplicar una pomada tipo Hirudoid® o Trombocid® en la zona. Si el problema persiste o aparece fiebre deberá consultarlo con su médico.
Recién nacido
10 a 26 mil/mm3
A los 3 meses
6 a 18 mil/mm3
Al año de edad
8 a 16 mil/mm3
10 a 14 mil/mm3
De los 5 a los 15 años
5,5 a 12 mil/mm3
Hombre adulto
4,5 a 10 mil/mm3
Mujer adulta
4,5 a 10 mil/mm3
- Exposición a radiaciones
- Estrés
- Leucemia
- Alopurinol
- Cortisona
- Cloroformo
- Heparina
- Quinina
- Antibióticos
- Anticonvulsivantes
- Antihistamínicos
- Antitiroideos
- Barbitúricos
- Diuréticos
- Quimioterápicos
- Sulfonamidas
Ella
recuerda los múltiples exámenes clínicos y las radiografías a las
que se sometió preocupada por sufrir constantes fiebres,
inflamaciones en la piel y dolores en las articulaciones musculares.
Algunos síntomas
El
principal problema de esta patología inflamatoria recurrente e
incurable radica en que produce un trastorno autoinmune,
donde los anticuerpos
que protegen al organismo atacan los órganos vitales como si fueran
bacterias y virus.
El
reumatólogo Rubén Montufar detalla que debido a esta alteración
del sistema inmunológico, el organismo se rechaza a sí mismo.
Confunde los tejidos corporales con agentes dañinos y no cesa de
fabricar anticuerpos para que libren batallas contra el mismo cuerpo.
Algunos
problemas que presentan los enfermos de lupus son fatiga, pérdida de
cabello, anemia, dolores en los músculos, las articulaciones, la
cabeza y los pulmones
También
padecen de inflamación cutánea, erupciones y manchas en la piel,
llagas en la lengua y al interior de la boca y la nariz.
Las
personas enfermas tienen bajos niveles de leucocitos
y plaquetas,
fiebres, palpitaciones rápidas o intensas, sensación de ahogo,
náuseas y mareos con pérdidas del equilibrio.
La medicina
Por
ser una enfermedad inflamatoria que trastorna el sistema de defensa
del organismo, el reumatólogo internista Raúl Aragón explica que
existen medicamentos que tienden a regular tal desequilibrio en el
sistema inmune, pero debido a su complejidad, los tratamientos pueden
ser de varios tipos.
Parte
de las opciones terapéuticas son los
esteroides que tienen compuestos antiinflamatorios. Pueden
administrarse por vía intravenosa, oral y tópica. Las dosis varían
de acuerdo al grado de intensidad de la afección y la parte del
organismo afectado.
Estas
medicinas sirven para controlar la artitritis, el dolor en las
articulaciones, las alteraciones de la piel, las inflamaciones de
órganos internos como el corazón, los pulmones y los riñones.
También
se utilizan medicamentos antiinflamatorios, no esteroideos, como el
ibuprofeno o diclofenax, incluso suelen usarse analgésicos para el
malestar o la fiebre como el acetaminofén.
Para
reducir la inflamación y suprimir la actividad del sistema inmune,
el más utilizado es la prednisona, que es un corticoesteroide.
En
caso de que las afecciones no se controlen con estos tipos de
medicamentos se emplean los inmunosupresores como moduladores o
modificadores del sistema inmune descontrolado.
El dermatólogo
Salvador Chevez Gomar también aconseja el uso de ungüentos tópicos
y medicamentos como la dapzona, la cloroquina y la hidroxicloroquina
para contrarrestar los problemas que el lupus causa en la piel, como
úlceras en la mucosa de la boca y las manchas rojizas alrededor de
los ojos, el rostro y el cuello entre
otras áreas.
¿Cómo se diagnostica el lupus?
Se
hace una revisión del historial médico, una exploración física,
exámenes de orina y sangre, la medición de eritrosedimentación
(velocidad de inflamación en los tejidos), pruebas para detectar
anticuerpos
antinucleares (AAN) y medición de proteínas complementarias que
circulan en la sangre como la C3
y C4.
Para determinar la
presencia de la enfermedad no es suficiente
una prueba. Se necesita considerar una serie de criterios. Por
ejemplo el resultado positivo en una prueba de anticuerpos
antinucleares no significa que tiene lupus; hay quienes ni
desarrollan el mal, aunque los tengan. Pueden deberse a otras
patologías.
La
enfermedad que afecta a 19 millones de personas en el mundo no es
catalogada como hereditaria, porque hay quienes tienen los genes y
nunca la desarrollan. La padecen en su mayoría los adultos. Del
número de enfermos existentes, el 90% es mujer, por lo general en
edad fértil. En ellas, el lupus provoca una diversidad de malestares
mientras que en los hombres es frecuente que provoque daños en los
riñones.
La
ciencia no ha determinado una etapa específica de la vida dónde se
manifieste la enfermedad. Los estudios han comprobado que quienes lo
padecen son menores de 40 años aunque puede presentarse después de
los 50, pero con poca frecuencia.
Alguien
puede preguntarse cuántos años puede vivir una persona que padece
lupus. Antes se creía que podrían morir en menos de un año después
del diagnóstico. Sin embargo, las posibilidades de una vida larga y
casi normal son posibles, siempre que sigan al pie de la letra los
tratamientos y las recomendaciones de los médicos gracias a la investigación de la enfermedad.
Hasta ahora los LXR se conocían por su importante papel en el metabolismo del colesterol, pero los nuevos descubrimientos han demostrado que, la ausencia de estos produce que el proceso de retirada de células
muertas es prácticamente inexistente. Con lo que el sistema autoinmune
ataca a esas células muertas y las zonas en la que se encuentran como si
fueran agentes externos, produciendo las reacciones autoinmunes.
La investigación demuestra que a los ratones los inoculan con un fármaco que activa selectivamente a los receptores LXR y se atenúan los brotes y la agresividad de sus síntomas. Además, en los efectos de la actividad crónica del LXR en este tipo de ratón con Lupus, quedan corregidas muy significativamente las células muertas acumuladas en los tejidos.
Nuevas alternativas terapéuticas
"Nos preguntamos cuáles podían ser las causas de éstas, en lugar de atacar a un agente extraño, de repente
cambie su programa y actúe frente a un componente propio, y para ello
estudiamos en ratones unas proteínas, los receptores LXR, residentes en el núcleo de las células, y descubrimos que, ante la ausencia de estas proteínas se pierde la tolerancia frente a lo propio y se genera una respuesta autoinmune muy parecida a la que se observa en el lupus en humanos", ha explicado Castrillo al periódico digital En Positivo.
"Las conclusiones de esta investigación pueden servir para el desarrollo de nuevas alternativas terapéuticas basadas en activadores de los receptores LXR que ayuden a combatir este tipo de enfermedades autoinmunes", ha añadido.
Estos resultados son esperanzadores ya que pueden servir para desarrollar un nuevo tratamiento no sólo para los enfermos de lupus, aunque es la enfermedad autoinmune sobre la que se empezó a trabajar. Los receptores LXR tienen posibilidad de servir para las diversas enfermedades autoinmunes, como anemia perniciosa, artritis reumatoide, crohn, esclerosis múltiple, entre muchas.
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